Taller para niños: Educar a agentes de cambio en Igualdad de Género
En este taller con adolescentes hombres, identificamos alternativas a los estereotipos de género y reflexionamos sobre la cultura machista en situaciones cotidianas. Si queremos hacer mejoras a largo plazo en igualdad de género, necesitamos involucrar a los niños para que se conviertan en agentes de cambio.
El machismo hace que los niños se conviertan en padres adolescentes
El poder del machismo hace que los chicos muestren supremacía masculina desde muy temprana edad. Sentirse con derecho al sexo, negarse a usar un condón por placer, persuadir a las niñas para que no usen protección, abandonar las responsabilidades parentales, controlar los teléfonos y las redes sociales de sus parejas, y usar la violencia física para tratar de poner fin a un embarazo no deseado, son solo algunos de los ejemplos de machismo, que presenciamos a través de nuestra investigación entre las adolescentes.
No identificamos a los chicos como el problema, pero los motivaremos a que sus comportamientos estén dirigidos hacia la igualdad de género. En Colombia, los niños y niñas nacen en la cultura extrema dominada por los hombres y están – consciente e inconscientemente – contribuyendo a mantener viva la cultura. Para reducir el número de embarazos de adolescentes, es necesario que haya un cambio cultural y estructural para lograr una mayor igualdad entre niños y niñas.
La cultura machista tiene un control muy fuerte sobre los niños y niñas pequeños y, como resultado, ahora hay más padres adolescentes en Colombia que nunca. Hoy en día, 1 de cada 3 niños tiene relaciones sexuales antes de cumplir los 15 años, y como consecuencia, 4 de cada 10 niños en el grupo de edad de 20 a 24 años se convirtieron en padres cuando eran adolescentes. En comparación, solo 1 de cada 10 niños se convirtió en padre cuando era adolescente que hace 30 años. El fuerte aumento en un período tan corto es un resultado desastroso, que no solo tiene un gran impacto en la sociedad, sino que también tiene consecuencias que cambian la vida tanto de las chicas como de los chicos.
La solución al problema: Educando chicos para que se conviertan en agentes de cambio
Nuestro taller para adolescentes hombres se desarrolla a través de nuestro proyecto piloto de 3 años. En nuestros talleres participan niños y adolescentes de 11 a 19 años. Identificamos y reflexionamos sobre la cultura machista en situaciones cotidianas como en las estructuras familiares tradicionales, en la escuela, en la música de reggaetón, en las series de televisión populares y sus interacciones con las chicas. Desafiamos las convicciones de género tradicionales que en todos los aspectos reducen las habilidades de las niñas, por ejemplo, que las niñas no pueden practicar deportes, pero ante todo tienen que cuidar el hogar. A través de la participación activa en actividades de juego de roles, sesiones de baile y dibujo, cocina y comidas comunes, tratamos temas relacionados con los roles y estereotipos de género con una perspectiva de igualdad. Los diálogos y discusiones con los chicos fortalecen sus habilidades reflexivas y desarrollan herramientas tangibles para mejorar la resiliencia personal y la agencia para tomar buenas decisiones. Pero también, ser capaces de hacer frente a la presión de los compañeros cuando intentan romper con la cultura machista en la escuela, en las familias y con los amigos.
El machismo presiona a los chicos
En los talleres de Hogar de Esperanza realizados con niños de Cazucá, una zona vulnerable de Bogotá se observó que los niños están influenciados por el machismo de diferentes maneras: 1. Tener una actitud de «chico malo» y obstruir principalmente las clases de maestras a pesar de que quieren obtener buenas calificaciones y tienen grandes esperanzas en la educación, 2. Por padres que son muy «machistas» y se comportan física y psicológicamente violentos hacia sus madres o hermanos. 3. Pandillas de niños mayores que controlan los vecindarios y que fuman marihuana, se meten en peleas y cometen delitos. 4. Por una alta presión para ser sexualmente agresivo con las chicas desde una edad temprana para estar a la altura de ser un “hombre de verdad”.
Proporcionamos un espacio seguro y motivamos el apoyo de los padres y madres
Juntos construimos un espacio seguro, donde los niños y adolescentes pueden tener conversaciones íntimas y compartir experiencias personales. En nuestros talleres, también entrenamos a los chicos para que se apoyen mutuamente en situaciones difíciles en la escuela, en las calles, etc. En la sesión final de nuestros talleres, se invita a los padres y madres a participar, y experimentamos un alto grado de interés entre ellos para encontrar herramientas sobre cómo pueden apoyar a sus hijos a alcanzar sus metas y sueños para el futuro.
A través de nuestras alianzas estratégicas con escuelas, escuelas secundarias, ONG y hogares de paso, obtenemos acceso a instalaciones para ejecutar nuestros talleres con niños y adolescentes en escuelas y áreas vulnerables. Por cada adolescente que ya es padre y que actualmente está estudiando, siete adolescentes son padres y no estudian. El alto riesgo de embarazos adolescentes que se encuentra entre hombres y mujeres jóvenes que abandonan la escuela hace que las aulas sean el escenario perfecto para nuestros talleres, ya que fortalecemos los roles de las instituciones escolares y educativas utilizando sus plataformas y destacando su importancia.